Hackear tu mente y vencer la pereza (sin ser Súperwoman)


La mente nunca deja de sorprenderme: pereza, trucos y hábitos que funcionan para vencer la pereza

La mente nunca deja de sorprenderme, aunque a veces también se convierte en nuestra mejor aliada para vencer la pereza y lograr más de lo que imaginamos

Pero qué capacidad tiene de hacernos mirar hacia donde ella quiere. Y claro, si solo miramos en una única dirección, nos estamos perdiendo absolutamente todo lo demás.

Ahora mismo, por ejemplo, estaba yo escribiendo en mi diario de abordo que qué pereza ponerme a escribir la entrada del blog… y venga escribir que qué pereza…

¡Pero si ya estoy escribiendo!

Así que he decidido escribir sobre eso y vencer la pereza 😜.


La mente y su trampa de la pereza

La pereza mental es una de esas cosas que nos sabotea sin que nos demos cuenta. No es que no queramos hacer algo, es que nuestra mente nos pone delante un camino de excusas, distracciones y trampas sutiles para mantenernos cómodos. Porque, claro, si es incómodo, ¿para qué hacerlo?

Y lo peor es que, muchas veces, lo disfrazamos de «no es el momento» o «cuando tenga más energía». 

¿A alguien más le ha pasado que, de repente, siente una necesidad urgente de ordenar un cajón en vez de hacer esa tarea pendiente?

Ains, yo soy capaz de contar las bolitas que les quedan a mis gatos una a una (no vayan a quedarse sin comida) antes que ponerme a hacer según qué cosa…

Uno de los mejores trucos para vencer la pereza es engañar a tu propia mente y actuar sin pensar demasiado.


La imagen es de Freepik

Superando la pereza con hábitos simples

Por suerte, hay maneras de hackear a la mente y salirnos con la nuestra. 

Como ya sabéis soy muy de experimentar, así que os dejo aquí un listado de algunas de las estrategias que me han funcionado:

✅ La regla de los 5 segundos: Si pienso demasiado en si hacer algo o no, mi mente empieza a poner excusas. Así que cuento 5-4-3-2-1 y me pongo en marcha. Sin negociar.

✅ Ponérmelo fácil: Si quiero hacer yoga cada día, dejo la ropa preparada desde la noche anterior. Así, cuando me levanto, no tengo que decidir si hacerlo o no, simplemente sigo el plan. Aquí os dejo la entrada donde hablaba de esto mismo.

✅ Mini-hábitos: A veces la pereza viene porque una tarea parece enorme. Así que me propongo solo 5 minutos de algo… y casi siempre termino haciendo más, porque ya que te has puesto…

Muchas veces, vencer la pereza solo requiere un pequeño empujón inicial.

Logros recientes: Yoga y duchas frías

Desde la última entrada del blog, he conseguido mantener mi hábito de yoga diario. Y debo decir que el truco de dejar la ropa lista ha sido clave. No le doy tiempo a mi mente para negociar, simplemente me pongo en marcha.

Y luego está la ducha fría. Sí, lo sé, suena a tortura (y lo es). Pero aquí estoy, sobreviviendo y, lo más extraño, disfrutándola.

Sobre la ducha fría tengo que decir que, los vecinos ya se han acostumbrado a mis gritos y que a mis gatos les parece todo un espectáculo. 

No hay día que no cierre el grifo, corra la cortina y no haya dos o tres pares de ojos mirándome, creo que piensan que soy gili**, pero me lo perdonan mientras haya bolitas para comer.

Por qué la mente nos engaña

Nuestra mente está programada para buscar comodidad. No le gusta el cambio, no le gusta el esfuerzo y, sobre todo, no le gusta lo desconocido. Básicamente, no le gusta nada, es una sosaina.

Así que, cuando intentamos hacer algo nuevo o salir de nuestra rutina, la mente activa todas sus alarmas.

  • «Eso es incómodo.»
  • «Mañana será un mejor día para empezar.»
  • «Mejor haz otra cosa mientras tanto.»

¿Y lo peor? Que le creemos. Pero cuando rompemos el ciclo y nos obligamos a actuar, nos damos cuenta de que no era tan difícil. Y que, muchas veces, lo más complicado es empezar.

Lo peor es cuando la mente le coge gustillo a eso nuevo que estamos haciendo, el otro día estuve cinco horas dándole a la aguja del ganchillo haciendo un amigurumi, que por cierto, aún no he terminado.

Amigurumi: muñeco hecho a ganchillo, que no tiene boca.

Conclusión: Ganándole a la mente

La clave está en entender que nuestra mente nos engaña, pero que podemos aprender a jugar con ella. Pequeños trucos, hábitos y un poco de sentido del humor hacen que todo sea más fácil.

Así que, si hoy la pereza está ganando la batalla, prueba uno de estos trucos y verás cómo cambia la película. Al final, lo difícil no es hacer las cosas… es empezar a hacerlas.

¿Y tú? ¿Cuál es tu truco favorito para engañar a la pereza? Déjamelo en los comentarios. 😉

Y hasta aquí hemos llegado, Chim pum.


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