Un mundo de elecciones


Hoy voy a hablar de elecciones, pero no de esas de votar en una urna cada tres meses en nombre de la democracia, no.

Quiero hablar de las elecciones que tomamos día a día.

Nuestro mundo se crea a base de elecciones y decisiones.

La foto es de Aquí

La mayor parte del día estamos eligiendo y, cada una de esas elecciones, crean nuestro exterior, nuestro entorno, nuestra vida.

Podríamos pensar que, son las decisiones importantes las que influyen en el campo cuántico, y, que de ellas depende nuestro bienestar. Paparruchas.

Por supuesto que las decisiones importantes van a influir, no me malinterpretéis.

Tu vida no será la misma si estudias derecho, medicina o si te haces agricultor.

O sí, nunca se sabe.

A lo que yo me estoy refiriendo es a todo aquello que marca la diferencia.

Todos estaremos de acuerdo en que no es lo mismo que tu vida vaya viento en popa a que vayas dando tumbos sin ningún control, seas abogado, médico o agricultor.

Esa diferencia depende de las pequeñas decisiones del día a día, no de tu profesión.

En lo que decides comer.

En lo que decides beber.

En si haces ejercicio o no.

En si te vas formando y reciclando de forma regular.

En si tomas el sol unos minutos al día.

Y así hasta el infinito.

Aunque hay una frase por ahí que me encanta y, en mi opinión, tiene mucha razón.

Decisiones fáciles, vida difícil. Decisiones difíciles vida fácil.

Os dejo unos minutos para que lo penséis…

Como reinona de los ejemplos allá que voy:

Hoy no me apetece hacer ejercicio (siempre pongo el mismo ejemplo, lo sé, prometo cambiarlo para la próxima vez).

Tomar la decisión fácil de tumbarme en el sofá a ver una peli, seguramente, hará mi vida más difícil a medio plazo.

Si tomo la decisión de mandar a paseo a mi mente vagoneta y me doy un paseo de media hora, incluso a corto plazo, mi vida será más fácil.

No porque por dar un paseo me vaya a poner en plena forma, sino porque poco a poco iré haciéndome más fuerte y, al final, la mente no tendrá nada que decir.

Mira tu vida ahora. Sí, sí, mírala.

Míralo todo.

Desde el volumen de tu barriga hasta la decoración de tu casa.

¿Hay algo que no te guste, que quieras cambiar?

A mí se me ocurren un montón de cosas.

¿Cuál es la decisión, o elección, por pequeña que sea, que puedes tomar hoy para que eso pueda ir cambiando?

Yo he decidido que me gustan las flores y las plantas, me hacen la vida más alegre.

Por lo tanto, últimamente no faltan en mi casa.

Podría parecer una tontería, pero a mí me hacen sentir más contenta, y qué queréis que os diga. Prefiero estar alegre que triste.

– Oye Ainhoa, poner flores en casa no es un decisión difícil.

Depende.

Hay que ir a recogerlas o ir a comprarlas.

En el primer caso, tienes que darte un buen paseo por el campo.

En el segundo, destinar parte de tu presupuesto.

Hay que cambiar el agua y recoger los pétalos que se van cayendo.

Un montón de elecciones en un mundo en el que cada vez es más fácil tirarse en el sofá a no hacer nada.

El no pasa nada si hoy no lo hago, ya si eso mañana…

Al final, una decisión difícil no es sólo hablar con tu pareja porque quieres que deje de serlo.

Una decisión difícil es hacer aquello que, precisamente la mente, intentará por todos los medios que no hagas.

Creo que aquí y aquí hablaba de ello.

Vamos, que para ti puede ser lo más terrible del mundo hablar con tu pareja y para mí dejar la cerveza…

Cada loco con su tema y cada mochuelo a su olivo.

Toma la decisión, elige con coherencia y la semana que viene nos vemos.

Chim Pum.

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